¿Cómo las caídas en el ingreso del hogar afectan la violencia doméstica contra las mujeres? Lecciones de los municipios cafeteros

Keyword: 
Crime and violence
Topic: 
Conflict, Crime and Violence

 


Esta entrada de Blog nace de un trabajo de tesis de Maestría en Economía de la Universidad del Rosario. Agradecemos a Vox.LACEA por brindar este espacio a nuestros estudiantes.


Las mujeres que son víctimas de algún tipo de violencia son más propensas a estar inmersas en un contexto de normas sociales y estereotipos de género que perpetúan e impulsan esta violencia. Gran parte de la exposición a la violencia que viven las mujeres se debe a conflictos que surgen con sus parejas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente una de cada tres mujeres que ha estado en una relación de pareja ha sido víctima de alguna manifestación de violencia física y/o sexual por parte de su pareja. Así mismo, el 38% de los casos de asesinato en los que la víctima es una mujer han sido cometidos por su pareja.

En el documento “Family Feuds: The Effect of Income Shocks on Domestic Violence Against Women” analizo, para Colombia, si cambios inesperados en el ingreso del hogar tienen un efecto sobre la violencia doméstica contra la mujer. El ingreso familiar puede ser un determinante de la violencia doméstica porque no disponer de ingresos suficientes para satisfacer las necesidades del hogar es causa de estrés, y el estrés influye en la incidencia de violencia doméstica (Jewkes, 2013). Igualmente, este tipo de violencia puede ser utilizada como un instrumento de control del hogar por hombres con menores recursos (Vyas y Watts, 2009).

Colombia es uno de los países de América Latina y el Caribe con mayores porcentajes de violencia física y sexual contra las mujeres (PAHO, 2012). Además, según la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDS), aparte de la violencia que involucra un contacto físico, hay aún más casos de violencia psicológica contra la mujer colombiana que puede causar daños en su salud mental a largo plazo (Pico-Alfonso et al., 2006). Algunos de los casos de abuso psicológico están relacionados con subestimar el rol de la mujer en el hogar (Wilson, 2014). En Colombia, las labores domésticas son atribuidas mayormente a las mujeres y estos porcentajes son más altos para la mujer rural (ver Figura 1).  

Para realizar el estudio descrito, hago uso de datos suministrados por el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses (INML) y de la ENDS. Los datos del INML cuentan con información de casos reportados de violencia contra la mujer cometidos por su pareja a nivel municipal. Los datos de la ENDS cuentan con un módulo específico de violencia doméstica en donde se formulan preguntas que exhiben la exposición a violencia física, sexual y psicológica de la mujer. Es importante mencionar que estas dos fuentes de datos sufren de problemas de bajo reporte, ya que pueden presentarse diferentes situaciones que hagan que la mujer prefiera no reportar su caso.

Por otra parte, las bases de datos de violencia doméstica descritas previamente no cuentan con información de ingresos del hogar. Por lo tanto, recurro a una variable exógena a los comportamientos del hogar, pero que afecte su ingreso: las variaciones en los precios del café, limitando la muestra en estudio a los municipios de Colombia con altos niveles de producción de este bien. De esta manera, analizo el comportamiento de hogares cuyos ingresos fluctúan con el precio del café (FNC, 2014), identificando el efecto de un cambio en el ingreso sobre las tasas de violencia doméstica de los municipios productores de café. Este análisis lo hago a nivel municipal utilizando los datos del INML, y a nivel individual utilizando los datos del módulo de violencia doméstica contra la mujer de la ENDS.

En el sector del café, la participación laboral de las mujeres es muy baja en comparación con la de los hombres. Según datos del componente rural de la Gran Encuesta Integrada de Hogares, en promedio durante el periodo 2010-2017, el 82% de la participación laboral en este sector fue proveída por los hombres. Así mismo, en los hogares cafeteros, el 78% de los jefes de hogar son hombres (CNA, 2014). Esto evidencia que, en la mayoría de los casos, los hombres son los que proveen el ingreso de su hogar.  

Con base en mis resultados, cuando el precio del café disminuye, la tasa de violencia doméstica contra las mujeres aumenta diferencialmente en los municipios que producen café intensivamente. Consideremos la caída en los precios del café que se dio durante los años 2011 y 2013 (aproximadamente de un 9.18%). Para el municipio con producción de café promedio, el aumento en los casos de violencia doméstica asociado a esta caída fue de un 1.8% en comparación con el promedio de casos reportados. Cabe resaltar que este efecto es probablemente una subestimación del efecto real, debido a los problemas de bajo reporte presentes en los datos. Así mismo, evidencio que en los municipios cafeteros con mayor índice de ruralidad es más fuerte el efecto de una caída en los precios del café sobre la violencia doméstica.

El análisis usando datos a nivel individual evidencia también los efectos negativos en términos de violencia doméstica de una caída en los precios del café. Esta caída aumenta la probabilidad de que una mujer rural sea víctima de violencia en su hogar, si vive en un municipio productor intensivo de café. Los resultados anteriores están impulsados principalmente por un aumento en la violencia psicológica, lo que sugiere que los choques negativos al ingreso afectan principalmente la estabilidad emocional de la mujer. También encuentro que la mujer rural que tiene autonomía en las decisiones de gasto de su hogar tiene una menor probabilidad de ser víctima de violencia doméstica cuando su hogar se enfrenta a este tipo de choques. Esto último sugiere que el empoderamiento de la mujer en su hogar es un factor relevante para disminuir su exposición a algún tipo de violencia.

En conclusión, los resultados de este estudio muestran que las mujeres son más vulnerables a ser víctimas de violencia doméstica cuando su hogar enfrenta alguna inestabilidad económica. La creación de más oportunidades de empleo para las mujeres rurales ayudaría a mejorar las condiciones de su hogar y el papel que las mujeres desempeñan en este mismo. Igualmente, mi análisis sugiere que la violencia psicológica es igual de importante de analizar que los otros tipos de violencia contra las mujeres. Es crucial seguir trabajando en espacios para que las mujeres denuncien cualquier abuso psicológico que reciban. En Colombia, la línea 155 de orientación a mujeres víctimas de violencia, es un claro ejemplo de este tipo de espacios en los que las mujeres reciben una orientación adecuada para denunciar y prevenir la violencia dirigida hacia ellas.


REFERENCIAS:

FNC (2014). Pobreza y vulnerabilidad de los hogares cafeteros en Colombia. Federación Nacional de Cafeteros.

Jewkes, R. (2002). Intimate Partner Violence: Causes and Prevention. The Lancet, 359: 1423-1429.

CNA, 2014. Censo Nacional Agropecuario de Colombia.

PAHO, 2012. Violence Against Women in Latin America and the Caribbean: A Comparative Analysis of Population-Based Data from 12 Countries. Organización Panamericana de la Salud.

Pico-Alfonso, M., Garcia-Linares, I., Celda-Navarro, N., Blasco-Ros, C., Echeburua, E., and Martinez, M. (2006). The Impact of Physical, Psychological, and Sexual Intimate Male Partner Violence on Women’s Mental Health: Depressive Symptoms, Posttraumatic Stress Disorder, State Anxiety, and Suicide. Journal of Women’s Health, 15(5): 599–611.

Vyas, S. y Watts, C. (2009). How Does Economic Empowerment Affect Women’s Risk of Intimate Partner Violence in Low- and Middle-Income Countries? A Systematic Review of Published Evidence. Journal of International Development, 21(5): 577–602.

Wilson, T. D. (2014). Introduction: Violence Against Women in Latin America. Latin American Perspectives, 41(1): 3–18.

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